El
verdadero éxito del tratamiento de la obesidad se logra cambiando definitivamente los hábitos alimentarios y de
vida y cuanto antes mejor. La consigna que tiene que recordar: Lento, pero
seguro Y SANO.
El
adelgazamiento lento y gradual no es tan espectacular como la pérdida de peso
lograda con las dietas de última moda, pero a la larga es más eficaz. Recuerde:
Es más importante la pérdida de peso global que ha conseguido desde que inició
el programa, que la diferencia de kilos respecto a la última semana. (Lo más
adecuado y recomendable es perder 4 Kg. Por mes, ni más ni menos).
La
obesidad es algo más que un problema estético. Está considerada una enfermedad en sí misma causante a su vez de
muchas otras: hipertensión, diabetes,
colesterol, dificultad respiratoria, estreñimiento, artrosis, gota, etc. por no mencionar una menor expectativa de vida e, incluso, incluso trastornos psicológicos. (Le remito al “INFORME
SOBRE OBESIDAD” ). Tenga siempre presente
los beneficios para su salud que supone la simple pérdida de un 5% de grasa
corporal.
Perder peso es, por encima de todo, una cuestión de
salud y por ello debe conseguirse de
forma gradual. Una pérdida muy rápida no es sana ni realista.
Antes
de controlar la boca para comer sano, hay que controlar la mente, ya que en
ella se origina la ansiedad o la falta de voluntad y constancia. Hay que
programar el cerebro para llegar a sentir que perder peso es un proceso agradable y fácil de llevar, que los
beneficios superan el esfuerzo, que siempre tenemos el apoyo de nuestra
dietista para orientarnos, escucharnos y guiarnos.
Bajar el peso supone mejorar física y psíquicamente.
Vernos mejor, más ágiles, saludables y atractivos.
No
confundir hambre con ansiedad. Los nervios, la ansiedad, la depresión anímica, la presión social e incluso la
cultura consumista que se nos influye día a día puede hacernos comer más de la
cuenta, ya que, por no parar un momento a reflexionar si se trata de hambre
real o de necesidades emocionales,
intentamos llenar esta sensación de vacío interior con comida. Por ello, es
importante que, ante el impulso de comer más de la cuenta, nos paremos a pensar
para descubrir lo que está provocando esa hambre, y si ésta es de carácter
emocional, lo mejor es relajarse, escuchar música, ir al cine, dar un paseo o
leer un libro interesante.
Aprender
a relajarse es sumamente importante para no ganar peso, ya que el estrés es la
principal causa de ansiedad y tristeza, factores que hacen que el organismo
busque consuelo en la comida. Visualízate delgado/a. Según los expertos, el
cuerpo puede hacer absolutamente todo lo que el cerebro le ordene, incluso
adelgazar, y la autosugestión actúa como un programa de software capaz de
controlar la ansiedad. Las técnicas de visualización pueden fortalecer la
fuerza de voluntad y la constancia. Pero además pueden motivar a hacer
ejercicio físico regularmente.
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